Somos seres holísticos
En AGua Psicología también entendemos que somos seres holísticos y que por tanto, efectivamente, nuestro cuerpo expresa lo que nos sucede. Todo lo que nos pasa en una de nuestras áreas (física, emocional, espiritual, energética, mental) influye y es influida por el resto, teniendo consecuencias en todas ellas. El cuerpo forma parte de nuestro Ser holístico y es el que nos permite transitar esta vida. A pesar de esto, solemos tener una mala relación con él. Le dirigimos mensajes negativos, de rechazo, lo ignoramos, lo maltratamos, no lo cuidamos y desde luego, no solemos agradecerle.Nuestra realidad interna y externa se nutren entre sí. No puede haber una separación entre el cuerpo y el alma, o entre el cuerpo y la mente, o entre el cuerpo y las emociones.
Nuestras células son inteligentes
Gracias a la Física Cuántica, ahora sabemos que no sólo el cerebro es poseedor de nuestra inteligencia, sino que cada una de nuestras células es inteligente. Nuestras células ejercen un papel de mensajeras inteligentes en el proceso de conciencia, así como una función defensiva y de autoreparación en el proceso de curación. Bohm y Wolf (físicos cuánticos) por ejemplo, confirman en sus estudios que es posible que al experimentar diferentes emociones transformemos incluso nuestros átomos. Con esto podemos hacernos una idea de lo importante que es lo que pensamos, lo que sentimos y cómo eso afecta a nuestro cuerpo.Aprendemos a desconectarnos
Desde niñas y niños aprendemos a desconectarnos de nosotros mismos y también de nuestro cuerpo. Dejamos de escucharnos y de escuchar a nuestro cuerpo. Aprendemos además a no ser nosotros mismos por miedo a no ser aceptadas, queridas… y así comenzamos a reprimir emociones, evitar conflictos, sentir que no somos merecedores, adquirir creencias sobre nosotros mismos limitantes y dañinas con el único objetivo de sobrevivir y pertenecer, pero con un alto precio. Esta desconexión y estas decisiones que vamos tomando, tiene su reflejo no sólo en cómo nos sentimos y cómo nos enfrentamos a la vida, sino también en nuestro cuerpo, en concreto, en forma de enfermedades y patologías.El síntoma como mensajero
Nuestro cuerpo expresa, a través de mensajes, que necesitamos algo o que algo no está funcionando bien cuando no estamos siendo conscientes de ello. Los síntomas no son enemigos que hay que pulverizar o que hacer desaparecer, sino que no son más que esos mensajes que vienen a decirnos algo que muchas veces preferimos no escuchar. Hemos aprendido a tapar, a no escuchar, evitar esos síntomas, pero esto no es posible, por lo que mientras tratamos de luchar contra el síntoma, el cuerpo tratará de darnos el mensaje de una forma más clara aún, es decir, nos lo dirá cada vez más alto, con más dolor, más enfermedad. Es decir, nuestro cuerpo expresa igualmente si tiene algo que decirnos y encontrará la manera de hacerlo. Se hace necesario para poder sanar a todos los niveles, escuchar estos mensajes, trabajar con ellos y ver qué quieren decirnos. Cada conflicto, cada miedo, cada emoción no expresada o cada necesidad no cubierta será expresada por nuestro cuerpo en forma de síntoma o enfermedad.¿Dónde te duele?
No es casual qué parte del cuerpo te duele o está afectada. Si comenzamos a darnos cuenta de cuál es la función biológica de dicha parte, de cada parte del cuerpo: para qué sirve, podremos llegar a saber qué conflicto, del que puede que no seamos conscientes, está presente en mí y por tanto, encontrar la manera de trabajarlo para resolver dicho conflicto y que por tanto, el síntoma vaya remitiendo. Muchas veces, simplemente prestando atención al síntoma y escuchando lo que nos tiene que decir, vamos a encontrar esa forma de reducir el dolor o de ayudar al cuerpo a que sane.«La fuerza curativa natural que habita dentro de cada uno de nosotros, es el mejor instrumento del que disponemos para recuperar la salud». HipócratesTodos tenemos la capacidad de autosanación; nuestro cuerpo es una máquina perfecta que tiene ese poder, sólo tenemos que volver a conectarnos con él y aprender a escuchar.
¿Cómo podemos trabajar con el síntoma?
En Psicoterapia Humanista, el trabajo con el cuerpo y con los síntomas es una parte fundamental del proceso terapéutico. Pero también podemos aprender a escuchar e interpretar los mensajes del cuerpo nosotros mismos. Trata de sentir esa parte de ti que te duele, que está afectada y conecta con ella, respira para conseguirlo. Date cuenta de cuál es su función y desde ahí, trata de averiguar qué es lo que ha sucedido para llegar a sentir esa molestia. Tu cuerpo expresa a través de esa zona porque alguna relación hay entre lo que te sucede y para lo que sirve la zona afectada. Una vez identificado el conflicto, puedes empezar a resolverlo y a enviarte mensajes que te sirvan para ello. Lo que nos sucede, lo que está en el exterior no podemos cambiarlo, el conflicto está dentro de nosotros y eso sí podemos resolverlo. Desde luego, una forma de ayudar al cuerpo a sanar es hacerle llegar nuestro agradecimiento, y empezar a amarlo como es. Si necesitas ayuda para aprender a hacerlo, no dudes en preguntarnos, comentar o ponerte en contacto con nosotras.Sonia Cantos Pérez y Montse Amo Yerga
Psicólogas y Psicoterapeutas Humanistas
AGua Psicología
2 comentarios
Muchas gracias por hacerme llegar estas lecturas, que fomentan reflexión de la realidad humana.
Muchas gracias por tener esta consciencia y sabiduría, poco extendida y mas bien reprimida en un sistema de consumo, que favorece lo contrario, la dependencia de cosas materiales como elementos imprescindibles para la supervivencia.
Muchas gracias por haber tenido esta iniciativa profesional, tan necesaria en esta ciudad, tan poco cultivada y con tantas carencias.
Os deseo lo mejor, ya que vuestro éxito fomentará el desarrollo integral de los iguales que tratáis, y considero que quizás esta postura, sea la que mejore nuestra especie, y la relación con nuestro planeta.
Muchas gracias de todo corazón.
Muchas gracias Raúl por tus palabras, son una bonita caricia hacia nuestro trabajo y nuestra intención, aportar nuestro granito de arena.
Muchas gracias de corazón.