psicoterapia especializada para mujeres

¿Es necesaria una Psicoterapia especializada para mujeres?

¿Es necesaria una Psicoterapia especializada para mujeres?

En Agua Psicología Guadalajara creemos que sí. Por eso además de acompañar con el corazón a todos nuestros pacientes, incluimos aspectos específicos cuando acompañamos a mujeres.

En este artículo vamos a verlo en función de dos factores clave: la socialización de género y nuestra naturaleza cíclica como mujeres.

Es decir, cómo nos construimos como mujeres y como hombres en esta sociedad. También cómo eso influye en nuestra forma de entender la vida, las relaciones y de vernos a nosotras mismas.

Por otro lado cómo nuestra naturaleza cíclica y nuestro cuerpo, hace que también hombres y mujeres seamos diferentes en nuestro funcionamiento interno a muchos niveles.

 SOCIALIZACIÓN DE GÉNERO. CÓMO NOS CONSTRUIMOS COMO MUJERES.

Tanto hombres como mujeres recibimos mandatos, mensajes no verbales, de mamá y papá que contienen alguna connotación diferente de ser “guay”.

Estos mandatos (no seas tú, no existas, no atiendas tus necesidades, no seas como eres, no disfrutes, no crezcas, no lo logres, no destaques, no te acerques…)  nos limitan en algún área de la personalidad o de nuestras relaciones.

Pero no se trasmiten igual a hombres que a mujeres ni suelen ser los mismos para hombres que para mujeres.

Mandatos de género

Además, hay que tener en cuenta  los denominados mandatos de género (socialización diferenciada). Son aquellas órdenes que nos van indicando, a medida que vamos creciendo, lo que está bien o mal para una mujer y para un hombre, lo que se espera para unas y otros y lo que se tiene que hacer si eres hombre o si eres mujer.

En Psicoterapia Humanista Integrativa trabajamos a un nivel profundo y para ello, entre otras cosas, trabajamos los mandatos recibidos. En nuestra psicoterapia especializada para mujeres, trabajamos además los mandatos de género trasmitidos a las mujeres.

Estos mandatos están relacionados con la docilidad, la sumisión, la obediencia, el vivir para y por otros, la complacencia, la pasividad, la entrega y la abnegación, la dependencia, la renuncia al proyecto de vida personal…

Estos mandatos de género frenan nuestro desarrollo y roban el protagonismo de nuestra vida. Nos colocan además, en una posición subordinada respecto a los hombres en muchos campos.

Como son transmitidos durante el proceso de socialización quiere decir que son aprendidos. Por lo tanto también pueden ser deconstruidos y aquí el trabajo terapéutico especializado tiene mucho que aportar.

Malestares de género

La forma en que interiorizamos todo esto y cómo nos construimos como mujeres nos lleva a vivir una serie de malestares relacionados con nuestro ser mujer.

Malestares relacioneados con cómo vivimos las relaciones y cómo hemos aprendido a gestionar nuestras emociones, qué emociones suelen estar más permitidas en las mujeres y cuáles prohibidas. En general, cómo nos vemos a nosotras mismas y cómo nos valoramos.

El miedo, la vergüenza o la culpa, están muy presentes en la vida de las mujeres, influyendo todo ello incluso en la forma de enfermar de las mujeres.

Hemos aprendido a ver lo femenino como inferior, como no suficiente. Hemos aprendido a rechazar nuestro cuerpo y a vivir su funcionamiento como un incordio o una molestia. Todo ello nos lleva a tener una relación en general negativa con nuestro cuerpo y nuestra sexualidad.

Mabel Burín (Burín, 2000) ya nos indica la necesidad de incorporar la perspectiva de género femenino para comprender los malestares de las mujeres y poder intervenir sobre nuestros modos de enfermar. La psicoterapia especializada para mujeres viene a incorporar dicha perspectiva.

NATURALEZA CÍCLICA. EL CUERPO DE LAS MUJERES

Desde la Psicoterapia Humanista que llevamos a cabo en Agua Psicología, el trabajo con el cuerpo, es un pilar fundamental en el trabajo terapéutico. Pudiendo incorporar técnicas y herramientas comunes para hombres y mujeres.

Pero si tenemos en cuenta que nuestro cuerpo funciona de una forma diferente al de los hombres, ¿no tendría sentido también tenerlo en cuenta a la hora de intervenir, de acompañar?

El cuerpo de las mujeres tiene un funcionamiento cíclico que ha tenido que sobreadaptarse a una sociedad lineal, productiva que minusvalora lo cíclico y lo femenino.

Esto supone un impacto importante y consecuencias a nivel físico y emocional: rechazo del propio cuerpo, desconocimiento, dolor pelviano, dolor menstrual, sintomatología diversa resultado de esta desconexión y este rechazo.

Por esto se hace necesario empezar a trabajar con nuestras pacientes el conocimiento y autodescubrimiento del cuerpo, y cómo eso influye en su estado de ánimo, sus deseos, sus necesidades…para poder integrarlo y vivir de una forma más consciente y en armonía.

Ciclo menstrual

Cada ciclo, las mujeres viven la muerte de lo viejo para dejar espacio al nacimiento de lo nuevo. Al igual que lo hace la propia naturaleza con las estaciones, o la luna en cada ciclo, coincidente, por cierto, con los ciclos menstruales.

Cada ciclo consta de cuatro fases: el sangrado, la fase previa a la ovulación, la ovulación y la fase previa al sangrado.

La menstruación y el sangrado, junto con su fase previa, son fases de “oscuridad”, donde el cuerpo empieza a prepararse para ir hacia dentro. Hay una mayor necesidad de descanso, de estar sola, donde la energía cambia a todos los niveles. Solemos ir más lentas y la intuición se agudiza.

Por otro lado la preovulación y la ovulación son las fases de “luz”. El cuerpo empieza a necesitar salir hacia fuera, solemos estar más activas, con más ganas de estar acompañadas….

Aunque es cierto que no existe un patrón general ya que dentro de este marco, cada mujer tiene necesidades diferentes, signos diferentes en su cuerpo, deseos diferentes…y por eso se hace necesario el trabajo de autoexploración.

Ésta la llevamos a cabo observando e identificando todo lo que va sucediendo en el cuerpo a nivel físico, emocional, energético, espiritual e integrándolo en el trabajo con el cuerpo y las emociones desde el acompañamiento terapéutico.

Encajar en el puzzle la comprensión de todo esto, produce un gran alivio en las mujeres y un gran paso en su proceso de crecimiento personal. Entender que de forma cíclica se van a repetir determinadas emociones, sensaciones…y que las necesidades en cada fase son diferentes y así poder estar atentas y cubrirlas, o autoconocerse y aceptarlas.

Para AGua Psicología, éstos son dos de los motivos más importantes que nos llevan a crear una psicoterapia especializada para mujeres.

Sonia Cantos y Montse Amo

Psicólogas-Psicoterapeutas Humanistas

Directoras de AGua Psicología Guadalajara

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